jueves, 8 de octubre de 2009

UN LEÓN EN EL JARDIN

Hace muchísimos años Europa y Africa yacían hechos uno en la tierra, aunque cuando llegaron Ardy (4,4 millones de años) o Lucy (3,2 millones de años) ya no hubiesen podido pasear de arriba para abajo a causa del Mare Nostrum, cuando todavía sus limpios ojos veían en una atmosfera límpida los colores de las estrellas. Ambos continentes ya no compartían flora y fauna, siendo biotopos diversos entre si. En los días de hoy, Europa está diferenciada cinegéticamente de las tierras africanas: Las plantas y los animalitos están en su mayoría bien diferenciados, y además, si bien en uno se vuelven locos cuando ven al ganado que pueda darles algo de lechecita, en el otro, son ya muchos los niños que crecen en la creencia de que la leche es un producto que proviene de las fábricas de tetrabrik. Allí abajo son muy buenos diferenciando y discerniendo seres y cosas, en tanto que los expertos en discriminación están aquí arriba.

En Europa el animal más peligroso para el hombre en su "lucha" por la conquista y pervivencia como especie dominante en el ecosistema es el lobo, a quien se ha perseguido con ferocidad desde hace siglos hasta que hoy apenas cuenta con una presencia casi testimonial (y aún así quisiera ser exterminado por ganaderos y también bastantes agricultores). Y no entraremos a valorar lo que pasa, por ejemplo, con la osa de los Pirineos, Hvala, ya que éstos suelen habitar los lugares más reconditos, reductos en lo que aguardan sin saberlo el dia de ser expulsados hacia ninguna parte, sin ser todavía causa de una preocupación social tan extendida.



Esta semana, pues, apareció y se difundió la noticia de una leona avistada suelta y libre en tierras de Tarragona, lo que movilizó a muchos "cuerpos" (Guardia Civil, los Mossos d'Esquadra y agentes rurales, además de dos helicópteros: ¡Es la guerra!). Rifles, dardos de anestesia y trampas para su captura fueron traidas, aunque era la crónica de una muerte anunciada... Finalmente ha sido abatida la leona, que en realidad no era más que un gran perro de razas grandes cruzadas y pelo color canela. Muchos han tenido su minuto de gloria, entrevistados por los medios de comunicación y persuación social: pero la situación era como un juicio con la sentencia dictada de antemano: nada que pueda causar sensación de inseguridad puede estar en mi jardín. El ego, gigante, no debe tener ninguna fuente de temor ni ningún cuestionamiento, tan sólo florecillas en jardineras.

En Europa, se ha perdido la ilusión por la vida; no hay apenas riesgo de perderla. Los bosques han sido domesticados y convertidos en una extensión del jardín. Tan sólo homo homini lupus est. La pérdida de la tensión de la lucha por la vida frente al acecho imprevisible de la muerte ocasiona una alienación vital y trascendente, que nos aparta del goce del momento, la cual nos ha ido empapando al conjunto de la sociedad desde hace bastantes generaciones.

Por eso, cualquier rotura en Matrix es intolerable. Y es que quizá en unos años, por si acaso, los jardines serán de plástico.

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